PEDRO LUIS SANZ CARLAVILLA: “MIENTRAS ME SIGA IMAGINANDO UN MECO MEJOR, LA ENERGÍA Y LA ILUSIÓN ESTÁN GARANTIZADAS”

Entrevista al alcalde de Meco en el año en el que cumplirá 20 años en el cargo

Pedro Luis Sanz Carlavilla aterrizó en la alcaldía de Meco en el año 2003, con 30 años recién cumplidos. Por aquel entonces estaba estudiando un MBA en Alabama. Se marchó a Estados Unidos para desarrollar su currículum académico en el área de la economía, la empresa y las finanzas, algo que siempre le ha motivado y atraído, quizás, porque ha crecido en una familia sencilla y emprendedora que ha practicado el ahorro y la inversión.

Esas vivencias y aprendizajes a buen seguro han marcado su vida profesional y personal. Al menos, paralelismos entre ambas parcelas hay, y muchos.

En 2003, cuando recibió el bastón de mando para dirigir el pueblo que le vio nacer, vivía con sus padres, usaba el coche de la familia y en su horizonte no se veía con nitidez lo de formar la suya propia.

A nivel profesional, en ese mismo 2003, llegó a la dirección de un ayuntamiento donde las cuentas estaban en números rojos, los trabajadores no podían cobrar su nómina, con un tejido empresarial escaso y estancado y con calles, plazas y edificios públicos vetustos, grises y abandonados.

Hoy, a punto de cumplir 20 años de regidor y 50 primaveras, los cambios y progresos en su vida personal y profesional son evidentes.

De su mano, arrancamos confesiones personales, nos adentramos en su manera de ver la vida y sondeamos cuáles son sus retos más inmediatos y más a largo plazo para él, para Pedro Luis Sanz, y para el alcalde.

Pregunta.- Veinte años de alcalde, ¿se va gastando la batería de la ilusión y la energía?

Respuesta.- En mi caso la batería sigue intacta. Creo que depende en gran medida de seguir teniendo ideas y proyectos para mejorar el pueblo que se dirige. Fíjese que en todos estos años hemos transformado Meco en todos los niveles, pero aún hay pendientes iniciativas atractivas y necesarias que me gustaría poner en marcha. Mientras siga imaginando un Meco mejor, la energía y la ilusión está garantizada.

Los retos de hoy ¿son muy distintos a los que tenía en 2003?

Tienen un denominador común: todos los retos que mi equipo y yo nos hemos marcado desde el gobierno pretenden conseguir que los mequeros vivan mejor en su pueblo, más felices, que no echen en falta que sus gestores estamos para servirles y para serles útiles. Más allá de eso, hemos pasado por muchos tipos de retos. Empezamos por poner orden, rigor y estabilidad en las cuentas, seguimos modernizando espacios públicos, mejorando las calles para que fueran accesibles y bonitas, nos centramos en generar espacios para el ocio,…y hoy estamos poniendo el acento en otro tipo de asuntos necesarios que van surgiendo como consecuencia de que vamos mejorando. Al principio no había dinero y ese era el objetivo primordial porque afectaba a los servicios más esenciales. Hoy las necesidades son muy distintas pero es igual de motivador intentar atenderlas.

Echemos mano de la franqueza, alcalde. Interrumpir sus estudios en USA por presentarse como candidato a alcalde por el PP en 2003,  ¿le generó alguna noche en vela?

Más de una, sí. Pero tenía claro que era una oportunidad para implicarme en los cambios que veía tan necesarios en Meco. Me costó abortar mi estancia en Estados Unidos porque me había supuesto mucho esfuerzo llegar hasta allí. Pero me costó más vencer la inquietud que sé que generó en mi familia tomar esa decisión. En casa siempre se ha trabajado mucho, se han creado negocios, empresas,… pero se ha vivido siempre de modo muy discreto. Para mis padres, la decisión de querer coger las riendas del Ayuntamiento les preocupaba por mí. Preferían la opción de seguir como hasta entonces, dedicados todos a lo nuestro, pero sin meternos en problemas y viviendo como siempre lo habíamos hecho. Yo lo entendía y respetaba, pero ellos sabían perfectamente que las cosas difíciles me dan un plus de ánimo y valentía y lo aceptaron con su apoyo incondicional.

¿Cree que ser alcalde ha podido perjudicar a su familia?

A ver, quizás esa no sea la palabra más adecuada para describir cómo ha afectado a mi familia el hecho de que su hijo, sobrino, tío, padre, hermano,… sea alcalde, pero sin duda alguna siendo alcalde, y aún sin quererlo, expones a los tuyos. Mis padres siempre han tenido negocios, han creado empresas, y yo era simplemente “el hijo del cervecero”, o “el de La Mequera”. Y de repente, eres alcalde y la cosa cambia. Quizás sirva de ejemplo el hecho de que, cuando mis padres decidieron donar a sus hijos parte de las propiedades que tenían, y sus hijos decidimos crear una empresa familiar patrimonial, la discreción se perdió porque te ves casi en la obligación de dar explicaciones para evitar que se insinúen cosas que no son ciertas. Mantienen todos su anonimato, cómo no, pero hay ciertos asuntos que les afectan, como también les afecta el hecho de verme recibir críticas, que las hay siempre cuando ocupas un cargo así.

Es cierto que a veces le hemos leído o escuchado hablando del patrimonio de su familia, de sus empresas,…

Bueno, no me importa. No tengo nada que esconder. Mentiría si dijera que no me molesta que se inventen cosas sobre mi vida personal o la de los míos, pero a veces las cosas no son como uno quiere y hay que aceptarlo. No me importa decir que mi primer piso lo compré con 27 años, gracias a la ayuda de mis padres. No me importa decir que me independicé tarde porque preferí alquilar ese piso para costearme estudios. No me importa decir que mi primer coche fue de segunda mano. Ni que la casa donde hoy vivo la construí en un terreno que mi familia repartió entre sus hijos y que estaba entorno a nuestra empresa de gaseosa La Mequera. No me importa decir mi familia y yo seguimos invirtiendo nuestros ahorros en Meco porque creemos en las posibilidades de este pueblo.

Pero no debería ser necesario, ¿no cree?

No debería serlo, pero insisto en que no me importa porque todo lo que tengo es fruto del trabajo y sacrificio de mis padres y mío propio. He crecido en un ambiente donde salir a comer fuera era algo excepcional. He vivido el ahorro y la inversión como modos de ver la vida que me han gustado y no tengo porqué ocultarlo. ¿Me gustaría no dar explicaciones? Quizás sí, pero sinceramente, insisto en que no es algo que me cueste hacerlo.

Hace años no tanto, pero ahora –además- la clase política está obligada a dar cuenta de lo que tiene cuando accede al cargo y cuando lo deja.

Sí, es así. Tenemos la exigencia de explicar qué saldo, qué patrimonio, qué vehículos,… tenemos cuando llegamos a un cargo público. Y tenemos la obligación de comunicar cualquier modificación sustancial al final del mandato. Más allá de eso, los cargos electos estamos dentro de unos registros especiales que tienen los bancos, la Hacienda, el Consejo General del Notariado,… hay mucha fiscalización en ese sentido. Como consecuencia de los abusos protagonizados por gente corrupta, la clase política sufrimos una opinión pública condicionada por ello y es cierto que con transparencia y ejemplaridad se puede combatir.

Esa manera de ver la vida desde la prudencia, la responsabilidad,… la ha extendido un poco al Ayuntamiento, ¿no es así?

No hacerlo sería actuar en contra de mi manera de ver las cosas y creo que el hecho de que mis vecinos me hayan seguido eligiendo como alcalde cada vez que he concurrido a las elecciones demuestra que es una manera de llevar las cosas que ellos también comparten. De todos modos, es la sencillez y el sentido común llevado a la vida personal y al plano profesional. Para que las cosas se sostengan debemos ser prudentes y actuar con rigor. No conozco a nadie, a ninguna empresa, a ningún ayuntamiento,…que pueda vivir gastando por encima de lo que tiene. Debemos ser cautos en los gastos y realistas en los ingresos. Las obras, los servicios,…cuestan y debe existir un equilibrio entre lo que entra en la hucha y lo que sale de ella. Y si el saldo es positivo, yo soy más de ahorrarlo o invertirlo que de gastarlo en cosas superfluas.

Llegó a la alcaldía soltero y hoy la película ha cambiado, ¿se sacrifica mucho tiempo con la familia por el hecho de ser alcalde?

Bueno, mis dos hijos han nacido siendo ya el regidor de Meco y han visto como algo natural que su padre tenga que estar operativo en momentos como el fin de semana o las noches. Más allá de eso, creo que no compagino mal mi trabajo con la atención a los que quiero. Al final me quedo con saber que les doy tiempo de calidad.

¿Y cómo vive un hijo el hecho de que su padre sea el jefe del pueblo?

La verdad es que no creo que mis hijos vivan de modo diferente a otros niños mi trabajo porque hemos puesto el acento en la naturalidad. Al final se trata de cumplir unos objetivos. En mi caso los objetivos son servir a los ciudadanos, con todo lo que ello implica, y en otros trabajos los objetivos son construir casas, arreglar calles, investigar en un laboratorio, llevar la contabilidad de una empresa, servir mesas en un restaurante, limpiar edificios o velar por la seguridad de los vecinos. Se trata de esforzarse y ser feliz haciendo lo que se hace y mis hijos no se cuestionan nada más allá de eso.

Sí serán testigos directos de lo que la gente opina de su trabajo porque le abordarán por la calle en alguna ocasión…

Sí, la verdad es que muchas veces vamos al parque, al Instituto, a la extraescolar que toque, y algún vecino aprovecha que te ve para comentarte cosas. Si es con educación y respeto no importa en absoluto, todo lo contrario. Ser útiles en cualquier momento es algo que reconforta y los niños viven esos ratos con naturalidad, aunque a veces lleguemos tarde a los sitios porque su padre está hablando…

¿Le gustaría que sus hijos se plantearan su futuro en Meco?

Me encantaría porque sé que es un pueblo con infinidad de motivos para ser feliz. Meco tiene muchísimas posibilidades. Viviendo aquí puedes estudiar, puedes trabajar, puedes hacer vida con la familia, puedes disfrutar del tiempo de ocio. Tenemos la inmensa suerte de ser un pueblo tranquilo, donde la naturaleza es parte de nuestra vida, de tener todo lo necesario a mano y muy cerquita Alcalá y Madrid como referentes culturales o turísticos para los ratos donde toque vivir momentos así.

De todos modos, si usted quiere seguir siendo alcalde es porque tendrá metas que harán de Meco un pueblo mejor, ¿nos puede avanzar algo?

Tenemos muchos retos por delante. Ya le he dicho que tengo desafíos que me motivan tanto o más como cuando decidí optar a ser alcalde por vez primera. Quiero que el tejido empresarial crezca, que las comunicaciones y el transporte sean mejores, que los jóvenes tengan motivos para quedarse aquí, que los espacios urbanos sean cada vez más atractivos y agradables,… en fin, enumerar todos mis objetivos daría para mucho   pero transmito la idea de que son propósitos que sé que van a conquistar a mis vecinos y van a seguir poniendo a Meco en el buen lugar que se merece.

Si dejase hoy mismo de ser alcalde, ¿podría decirnos qué objetivo no cumplido le daría más coraje?

Llevamos tantísimo tiempo trabajando en el desdoblamiento de la carretera que nos une con Alcalá y en el desarrollo de nuevos millones de metros cuadrados para la actividad económica que me gustaría sinceramente ver cómo se llevan a cabo con las obras o con las empresas instalándose. Obviamente el esfuerzo no habría sido en vano porque los avances están y el retroceso es inevitable, pero la satisfacción de ver el trabajo culminado sería muy grande.

¿Y algo de lo que se sienta realmente orgulloso?

Es difícil quedarse con una sola cosa pero sí es cierto que me enorgullece muchísimo haber habituado a mis vecinos a tener gestores capaces, con ilusión y cercanos. Estoy convencido de que Meco elegirá a sus próximos dirigentes municipales partiendo de unas exigencias que garantizarán que las cosas se hagan bien. Aquí ya no hay sitio para los tejemanejes de antes, el servilismo o las corruptelas. Aquí lo primero y principal son los vecinos, su bienestar y que Meco siga progresando y siendo un lugar ejemplar donde vivir y hacer vida. Sé que en esto soy muy repetitivo pero el trasfondo de algo tan sencillo en cada familia, cada persona, cada hogar es esencial.